Este proyecto nació en un momento en que me sentía desilusionadx con la forma en que el capitalismo corría tan profundamente por las venas de la cultura estadounidense y creaba mucha angustia y separatismo. Quería escuchar a la gente compartir lo que les parecía importante individualmente y lo que podrían identificar como posibles caminos para cambios colectivos.

 

Jugué el rol de Trip Doctor principal y ocupé el espacio detrás del mostrador de dulces donde la gente podía pedir lo que quisiera de la variedad de dulces que hice a mano. Cada dulce estaba "infusionado" con una medicina diferente: apertura del corazón, cambio de prioridades, caída del ego, entre muchos otros. Una vez que eligieron su dulce, hicimos un ritual para invitar a que esa medicina aterrizara en sus cuerpos.

 

Periódicamente, pusimos en pausa las operaciones normales de la tienda e invitamos a todxs lxs presentes a hacerle una pregunta a la persona más cercana a ellxs. El ambiente divertido de la tienda de dulces se convirtió en un centro alegre de conversación profunda. Personas muy diferentes entre sí comenzaron a abrirse a la curiosidad por lxs otrxs y se generó un intercambio abierto.

 

Fue una experiencia enriquecedora para mí como artista y convocadorx de conexión de la comunidad. Pude experimentar con la pintura, la creación de esculturas de dulces, el vestuario, la escritura de preguntas, la encarnación de un personaje curioso y la creación de espacio para un diálogo enriquecedor.